Calle
del Truébano
Pese a que parte de ella pasó a ser C/ Pedro Alonso en
1922, tal denominación se mantuvo para el barrio de La Fuente
del Truébano; cuyo ensanche se realizó en 1930, siendo alcalde
D. Alejandro Rodriguez Bustelo, " ... para que la entrada de la
villa se realizara desde la Carretera Carbonera."
De izquierda a derecha,
casas de: Avelina "La Carecha"; Pilar "La Güella" y la de
Etelvina Fernández Colunga y Nicanor Fanjul Fernández, "Los
Chutos", creadores de la industria chacinera "La
Perla Asturiana" (en la parte posterior del mismo edificio). Sus hijos, también
dieron lugar a una
gran
descendencia.
La industria fue
heredada por su hijo Benigno, pasó a llamarse Productos Fanjul,
quien alcanzó gran prestigio elaborando fiambres, de los que fue el primer productor en la localidad por los años 1944.
En la fabricaron artesanal del foie gras, cabeza de
jabalí, mortadela, butifarra, lengua escarlata, pollos y
cochinillos rellenos, solo se utilizaban productos de primera
calidad, asesorado inicialmente por un
prestigioso técnico. Productos que desbordaban las exigencias
de los paladares más exquisitos aunque su costo redujo su
comercialización a establecimientos de gran
prestigio; dentro y fuera del Principado. Las empresas que épocas posteriores comenzaron a fabricar
mortadela, tuvieron que utilizar a tal calidad, utilizando
materia prima menos selecta que los cutters trituraban
adecuadamente, con lo que lograron precios más
asequibles y alcanzaron gran difusión en
los mercados nacionales y extranjeros, como por ej., Productos
Ya.
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Casas
de Los Chilos situadas en la parte superior de la plaza de la Fuente del Truébano, al
lado del Palacio Llano-Ponte.
Según refiere Dña Carmina
Riesgo Colunga, su propietaria: "La fuente fue destruida por un tanque
que andaba por Noreña, conducido por un ruso, en el año 1936."
También refiere Dña.
Carmina: "Su padre le habló de cuando se realizaron las
obras en el Palacio Llano-Ponte (±1894) y de su amistad con el
dueño de D. Antonio Llano-Ponte y Vilacourt." Dato que coincide
con lo que refería Dña. Josefina Cabeza Díaz, "...siendo
niña, acudía a llevar la comida a su padre; cuando trabajaba
en dichas obras".
Estos testimonios confirman que entre
los bienes donados por D. Antonio Llano-Ponte y Valicourt al Obispado
de Oviedo, aparece una segregación y unas edificaciones que no
estaban reflejadas en escritura pública.
Casa
Llano-Ponte
Fue construida entre 1894 y 1904 por D. Antonio del Llano-Ponte y Valicourt, tercer eslabón de una familia de militares.
Su abuelo, D. Nicolás, era hermano de D. Juan XV Llano Ponte,
obispo y conde de Noreña, nº 51, durante los años
1791 a 1805. Eran oriundos de Avilés.
En la reinscripción del Título
de herencia que realizó D. Antonio (9-12-1894) se lee: "
casa de piso terrero... De 291 m2" y "Delante y en el patio
de la casa referida, una panera que ocupa 14,4 m2 que linda por todos
los aires con bienes de esta herencia".
El padre, D. Antonio de
Llano-Ponte y Cienfuegos, casado con Dña. Isabel de Valicour,
falleció sin testar el 25-12-1891 y de sus dos hijos: "D.
Antonio-Santiago-José Mª- Manuel-Fernando-Fermín
y Dña. Dolores-Mariana-Nicolasa-Manuela", fue su hijo Antonio
quien heredó diversas propiedades en Noreña; siendo vecinos
de Zaragoza y, por entonces, capitán de infantería.
D. Antonio del Llano Ponte y Valicourt falleció el 5-3-1928 y
en la partición de sus bienes inmuebles de la Villa de
Noreña (5-12-41), consta en su testamento, que los donó
a una Comunidad Religiosa con el fin de que le hicieran funerales en
los aniversarios de su muerte, la existencia de un decreto episcopal
que lo impedía, hizo adoptar la alternativa de adjudicar esta
propiedad al Obispado de Oviedo; interpretando otra cláusula del
testamentaria.
En los bienes que recibió el
Obispado existía una segregación y agregación en
las fincas 732 y 733 del Reg. Propiedad. Se había realizado el
cerco de un nuevo conjunto entre estas fincas; sin formalizarlo en escritura
pública. Ésta agrupación corresponde a lo cercado
con un muro de piedra y una "casa de nueva construcción";
dado que ésta no se corresponde con la descripción que
figura registrada en 1894. Tampoco aparece citada la retirada de la
panera que existía ante la fachada principal de la casa. Según estos
datos del Registro de la Propiedad, la edificación que hoy existe
tuvo que ser realizada entre los años 1894 y 1904; aceptando
ésta última fecha por lo referido en la biografía
del pintor D. Evaristo del Valle y Fernández y los datos testimoniales
de vecinos del lugar.
El matrimonio formado por
D. Benigno
Fanjul Fernández y Dña. Ángeles Cabeza Colunga,
adquirieron esta propiedad el 26-X-1950, en subasta pública;
siendo obispo titular D. Francisco Javier Lauzurica y Torralba. En la
escritura de compra se describe la adjudicación de:
"Una
casa de piso terreno y principal..., señalada con el nº
21, en el barrio de la Fuente del Truébano..., que tiene una
superficie en su planta baja de 235 m2, con una extensión de
terreno de 1582 m2 y cercada con un muro de piedra."
Entonces, la casa estaba aislada del exterior por este muro de piedra
que también comprendía la plazoleta de La Fuente del Truébano con acceso
mediante dos portones; siendo el de la parte superior de madera y
cubierto por un tejadillo.
Aquí
vivió D.
Evaristo del Valle y Fernández (1873-1951),
cuñado
de Antonio de Llano-Ponte y Valicourt. La mujer de éste, Dña.
Juana del Valle y de Villa, era hija del primer matrimonio
de Evaristo del Valle Alvarez,
quien se casó, en segundas nupcias, con la gijonesa Marciana
Fernández Quirós y tuvieron seis hijos;
el tercero
sería Evaristo.
Este gran pintor, cuenta en su biografía:
"Ayer, 6 de agosto de 1950,
crucé de paso por un lugar de Asturias en el que se desarrollaron
mis primeros días de pintor. Olvidados estaban y no ha sido el
lugar sino mi pensamiento el que me los ha resucitado con la vida de
entonces. La casona solariega de mis hermanos mayores Juana y Antonio
donde yo pinté...."
 Análisis
de una anécdota:
Referido por Evaristo Valle.
Según Carantoña:
"Expongo en Gijón (1903). Un amigo me consigue del Ayuntamiento
una pensión para París; 3.500 pesetas. La acepto; pero
a la vez me digo:
¿Con esto se puede vivir y pintar en París?
No. Pero sí en Noreña...
Me despido de todos como si me
marchara a París; pero en secreto me voy a Noreña. De
paseo todo el día. No pinto. No puedo pintar porque mucho más
me atrae la contemplación, la observación constante de
aquel paisaje, de las mujeres lavando en el río, de la gente
que viene y va; los mercados, los rostros y las actitudes; los montes
lejanos; los caballos abandonados pastando en las laderas de los caminos...
Me descubre allí un gijonés, lo comenta a voces en Gijón.
Todos se enteran.
Gran escándalo en el
ayuntamiento: unos concejales gritan indignados que estoy en Noreña
comiéndome la pensión. Otros sostienen con ardor que en París. Llega a
mi oído esta tempestad. Vuelo a París. Apuradamente pinto el cuadro que
debo entregarles, con algo de lo que había observado en Noreña, lo envío
(La Promesa. Museo de Jovellanos).
Al verlo, todos los concejales exclaman a la una colectivamente
furiosos: " Ahora, claro, se ve que se está chupando muy guapamente su
pensión en Noreña, porque este cuadro sólo pudo ser pintado en Noreña!"
y a rajatabla me suprimen la pensión, que sólo duró un año escaso. Me
sostengo en París"
Arquitectónicamente,
la casa conocida en el lugar como Palacio Ponte, consta de dos plantas. Sigue la idea general
de los palacetes barrocos asturianos, con la entrada principal de doble
arcada y huecos enmarcados en piedra; estando los superiores coronados
por cornisas rectas.
Es de destacar la ornamentación
modernista de los huecos, que se rematan con balcones o miradores de
fundición, decorados con dibujos florales y líneas sinuosas.
Fachadas Este y Norte, con la hermosa
galería sobre cinco columnas, mirador y balcones modernistas
en hierro fundido que posiblemente son, junto con el portón principal
de la finca, obra de D. Arturo Bertrand Renard (n.1862-m.1936), dado
que este palacio es coetáneo al Kiosco municipal (1897).
La empresa de fundición, antes
referida fue creada por el gran experto D. Carlos Bertrand Demanet;
traído de Bélgica a la Fábrica de Armas de Trubia
por el Gral. Elorza, en 1844. Se hizo merecedor de la Gran Cruz de Isabel
la Católica y perteneció a la Orden de Caballeros del
mismo nombre. Figuran entre sus obras hermosos bustos en hierro y bronce.
Su primera fundición fue La Amistad, situada en el Parque de
San Francisco de Oviedo. Hizo el anterior kiosco de Trubia y el actual
de Oviedo. En 1860, se trasladó a una nueva fundición
de un sólo cubilote para piezas de gran tonelaje, "Fundición
y Construcción Bertrand", en el Huerto de Santa Clara de
Oviedo. De él es el puente entre Sama y La Felguera. Con la fundación
de la Sociedad Familiar Carlos Bertrand, se dedicaron, además,
a la venta de carbones, fletamentos y armadura de buques mercantes.
Vista
Sur-Este, con la Plaza Fuente de El Truébano y, a al fondo y a la izquierda,
la colina del Rebollín
D. Benigno Fanjul Fernández
y Dña. Ángeles Cabeza Colunga, tras comprar el inmueble en
1950, realizaron una gran restauración de la finca y
edificio, sustituyendo el muro de piedra anterior por una verja de
hierro, creando jardines a la entrada. El resto
de la finca lo dedicaron a huerto, aunque dividido por diversos paseos.
En 1990 sus herederos,
realizaron otra restauración, reconstruyendo la cubierta
y galería; para lo que siguieron las normas del Patrimonio Artístico.
Sufrió una profunda reforma tras pasar a nuevos propietarios en el año
2007, en la que se renovó totalmente su cubierta y, para poder
construir nuevas habitaciones bajo cubierta, se elevó la altura de la
cornisa. Hoy se echa de menos la sucesión de triglifos de madera en pro
de modernos materiales. En el año 2012, se inauguró como Residencia
Geriátrica Llano-Ponte.
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